Desde niña me han fascinado las relaciones humanas: entender por qué nos comportamos de forma distinta, qué nos mueve y cómo cada vínculo nos hace sentir de una manera única.

   Esa curiosidad por el ser humano, las emociones y los conflictos fue creciendo conmigo hasta que, en la adolescencia, la lectura me llevó a descubrir la psicología como camino de estudio y como herramienta de acompañamiento y transformación.

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   Mi recorrido académico y profesional me fue acercando al mundo educativo, a las familias y, finalmente, a la psicoterapia, donde encontré el lugar desde el que realmente podía acompañar a las personas en su proceso de cambio y bienestar.

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  Tras cinco años de licenciatura, inicié mi formación como psicoterapeuta especializándome en terapia familiar sistémica, una mirada que me permitió comprender la complejidad de los vínculos y la influencia de nuestras relaciones en la forma en que sentimos y vivimos.
A lo largo del camino, la teoría del apego, el psicodrama y el enfoque del trauma se han convertido en pilares esenciales de mi práctica y de mi propio crecimiento personal y profesional.

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  Hoy acompaño a personas, parejas y familias desde una mirada integradora, compasiva y relacional, con el deseo profundo de ayudar a comprender el sufrimiento, integrar las vivencias y a reconectar con la vida de una forma más consciente y plena.